martes, 24 de febrero de 2009

Vega Sicilia Valbuena 2002.



En este caso no voy a hacer un análisis profundo de este vino, sino voy a comentar que ocurre cuando uno se encuentra ante un gran vino.

Cuando en las pasadas fiestas de navidad decidí tomar este vino, tenía claro que debía disfrutarlo al máximo, no siempre se tiene esta gran oportunidad. La botella que tenía delante había estado en reposo en una nevera de vinos durante mas de un año, afinando este, aunque hubiera aguantado bien una década, yo no. Lo decanté, e
inmediatamente me regaló un claro aroma a fresa chicle, algo que cuesta normalmente encontrar en los vinos mas humildes, esos aromas varietales sin estar solapados con los de crianza. Eso denota que se está ante uno de los grandes. También os puedo destacar la intensidad aromática, la complejidad debida a los distintos robles que le han acompañado en su envejecimiento.

Es una gran experiencia, que intenté compartir con todos los comensales, como se puede sentir con tanta facilidad esa complejidad aromática en un gran vino, que desgraciadamente no voy a tener muchas oportunidades de disfrutar.

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